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¿Playas de ensueño, mar azul y, no obstante, aun ya antes de la pandemia de la corona, apenas hay turistas? Esto aún existe en la costa báltica polaca en torno a Rewal. La autora de TRAVELBOOK, Robin Hartmann, estuvo de vacaciones en la playa a lo largo de una semana y afirma lo que merece la pena ver allá.
Una cosa es segura: el año de viajes dos mil veinte va a pasar a los libros de historia. Las personas de toda Alemania que de otra forma se distanciarían, quizás a otro continente en pos de relajación, se quedan acá debido al virus corona. Las consecuencias: Playas superpobladas, lagos y cordilleras bajas, agobio en vez de relajación – qué bueno que aún hay lugares donde este no es el caso.
Rewal en la costa báltica polaca es un sitio de este modo, jamás había oído charlar de él cuando mi novia y mis suegros reservaron una semana de vacaciones para nosotros allá. Aun el viaje por medio de pequeños pueblos descubrió que no muchos turistas se han perdido acá hasta el momento.
Hermosa sin ser espectacular

Esto asimismo puede deberse al hecho de que Rewal y sus aledaños son bellos, mas de ninguna forma espectaculares: quilómetros de playas, nidos de ensueño durante la costa supuestamente inacabable, la mayor atracción acá y allí es un faro. Y prácticamente ningún otro turista, en los paseos por el mar en ocasiones te sentías como un explorador. Solo una vez una toalla o bien manta con otros adoradores del sol cada cien metros.
Esto es todavía más pasmoso pues la historia de Rewal y otros centros turísticos próximos del Mar Báltico, como Niechorze y Pobierowo, empezó hace unos cien años: aun entonces, los hoteleros y empresarios ocurrentes se percataron de que es fantástico relajarse acá al lado del mar.
La inmensidad del área en torno a Rewal es su mayor ventaja, pues pueden reunirse acá, mas no es preciso. Si tiene ganas de compañía, solo debe visitar uno de los paseos vibrantes que cada una de las urbes pequeñas e inclusive más pequeñas en torno a Rewal decora con orgullo, singularmente en los meses de verano: restorán se alinea acá tras restorán, tienda tras tienda , para cualquier hambre, hay ofertas abudantemente para cualquier deseo de adquiere.
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Ciudades tan coloridas como ferias
Primeramente, como es natural, está el pescado recién capturado que se sirve acá todos y cada uno de los días. Desde salmón hasta bacalao y lucioperca hasta solla y rodaballo, acá puede conseguir todo con una calidad inmejorable. Esto en ocasiones conduce a excesos a los que hay que habituarse, por poner un ejemplo, en el «Bar Ika» en Niechorze: semeja un bocadillo, el alimento viene en platos de papel y, no obstante, la experiencia del sabor del pescado extraordinariamente bueno sirve para bastantes personas, que en ocasiones pagas un coste más alto que en ciertos restoranes muy elegantes.
Los paseos asimismo son agradablemente extraños en otros aspectos y siempre y en todo momento semejan una suerte de parque de diversiones al aire libre; Las salas de juegos emergentes donde se puede jugar al hockey de aire bajo los techos de las carpas, por poner un ejemplo, verdaderamente no faltan. En el medio hay «lugares de interés» que solo se considerarían como semejantes acá, por poner un ejemplo, un parque con faros en miniatura en Niechorze o bien una casa del revés (!) En Pobierowo.
El mar se ha abierto camino cara la tierra

Es pasmoso el número de tiendas que venden helados, gofres o bien conos de helado en todos y cada pueblo, como un surtido realmente barroco de todo género de exquisitos pasteles o bien, ojo, merengues rellenos de mascarpone. Acá y allí descubres verdaderamente una disco, y por las tardes puedes percibir nostálgicos marineros o bien karaoke en muchos bares, toda vez que se les deje abrir.
No obstante, lo más importante del turismo son la playa estupendamente blanca y la costa escarpada, como el mar en su mayoría en calma, en el que se puede nadar estupendamente aun en otoño. Si vienes a Trzęsacz, seguramente apreciarás las ruinas de la iglesia de piedra, que están prácticamente de manera directa sobre un barranco. En verdad, el día de hoy solo queda un muro del edificio, lo que es todavía más sorprendente cuando se entera de que la iglesia estaba a 2 quilómetros de la costa cuando se edificó en el siglo XIV; con el tiempo, el mar tiene poco a poco más tierra acá incorporada, y aún lo hace el día de hoy.
En este sentido, asimismo se entiende por qué razón acá en la costa hay eminentemente hayas en vez de los pinos habituales: los árboles de hoja caduca de raíces profundas sencillamente ofrecen una mejor protección contra la erosión contra una pérdida todavía mayor de tierra, con lo que fueron plantados particularmente.
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Estrellas y tatuajes en spray
Si quiere que sea un tanto más grande, puede ir a Międzyzdroje (Misdroy), el balneario popular singularmente entre las personas mayores alemanas, que claramente estaba en manos teutónicas cuando lo visité. Merced a la cadena “Döner Berlin”, la mayor parte de las que seguramente estén juntas en el muelle, de la docena de sus sucursales, el habitante de la urbe asimismo se siente un tanto como en casa. Múltiples veces al día, los navíos de vacaciones parten del puerto de la urbe hasta las próximas Wollin y / o bien Usedom.
Todo en Miedzyzdroje es como en los otros lugares, un tanto más estruendoso y opulento, y la urbe presenta el “Callejón de las Estrellas” como una atracción, donde las celebridades del cine polaco han dejado sus huellas en el cemento.
Mas todavía más pasmoso es el largo muelle de Miedzyzdroje, lugar desde el que solo aquellos que andan hasta el final pueden gozar de una vista al mar sin ser molestados. En los metros de enfrente hay tienda tras tienda, e inclusive hay una para tatuajes en spray (espero que mi suegro me perdone si le digo que tenía un motivo tribal rociado en su espinilla acá). No obstante, el enorme activo de la urbe es la naturaleza circundante del Parque Nacional Wollin, que es renombrado por su exuberancia de animales. Wzgórze Gosań, uno de los miradores más bellos de la costa, se halla en las afueras de la urbe.
Infinitamente recuperado
En Rewal mismo, el punto de inicio de nuestro viaje, me fijé singularmente en la bella playa. Además de esto, puedes adquirir pescado ahumado fresco acá mismo al lado del mar a costos económicos. En caso contrario, acá hay numerosas y afables particularidades, por poner un ejemplo, un tren de excursión sobre ruedas, o bien un auténtico tren de vía angosta que circula múltiples veces al día entre los lugares en torno a Rewal.
Mas fue exactamente esta supuesta falta de atracciones lo que hizo que las vacaciones fuesen estupendamente relajantes al final, pues realmente no había nada que ver, las consideraciones al día de a qué sitio ir nuevamente se abandonaron. En cambio: dormir hasta tarde, desayunar tarde y después cualquier día ir a la playa, donde una tarde el cielo era realmente prácticamente del mismo color que el mar, un beis de color pastel, prácticamente impresionista que evocaba una sensación de infinito – desafortunadamente nuestras vacaciones no fueron inacabables, mas raras veces me he recuperado tan bien en solo una semana.